Este órgano concreto del felino siempre ha recibido atención especial por parte de los antiguos Lickers, debido a sus llamativas propiedades, que parecen venidas de otro planeta. Ya en el antiguo Egipto, producían fascinación a los faraones y sacerdotes. En un principio consagraban sus atenciones al león, pero este mordía mucho, así que se pasaron al gato.
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